jueves, 31 de julio de 2008

¡¡¡CATAPUM!!! (post enviado por INSULAE)

Tirar piedras contra el sector inmobiliario en España es como tirar piedras contra el sector petrolero en Arabia Saudí. Siempre habrá quien pretenda convencerse de que es mejor fomentar la pesca del salmón que la extracción del crudo, aunque sea más fácil y más rentable lo segundo que lo primero por esas tierras (o mejor, arenas) que salen tan bonitas en Lawrence de Arabia.

Nosotros no hacemos macro producciones que luego se llevan un porrón de oscars, ¿para qué?; nuestro cine, como otras muchas cosas, es independiente y con mensaje: “visite nuestro bar”. No necesitamos hacer seguidísimo de los americanos que son tan malos que su presidente huele a azufre. Nosotros tenemos cultura propia (local por supuesto, querido Watson) y manifestaciones tan dignas de consideración como los “flins” ¿o se vuelve a decir “pinículas”?
Tal es el caso de programas como “Había una vez un circo”.
- ¿Cómo están ustedeeeees?
-Maaaal, responderíamos ahora.
- ¿Qué como están ustedeeees?
-Fatal, gritaríamos con fuerza.
-Que no se oye nada... ¿Qué como están utedeeeeees?¡¡¡Jodidamente maaaaal!!!

Porque resulta que tiramos las piedras que rodaron por el tejado para acabar rompiéndonos la crisma. Mientras cerrábamos los ojos con la boca bien abierta para no derramar ni una gota del vino que con tan poco trabajo nos estábamos bebiendo, como si de Tormes fuésemos naturales, no podíamos ver acercarse el barro cocido inducido por el ciego . . . y catapún.
No es el catapún de don erre que erre, no. Es el catapún de que todo se hizo añicos: la jarra en el rostro del lazarillo, la burbuja de manueconomic, el tejado que no resistió el peso de las piedras y nuestro solvente sistema financiero, garante de la seguridad jurídica de la que goza nuestro envidiado régimen hipotecario (garante para los bancos, los notarios y los registradores. Y también para las administraciones beneficiarias de los impuestos).

Manuel, coñas aparte, si te dije eso (¿crees que si el mercado fuera a derrumbarse como dices, Fernando Martín iba a pagar 4.000 millones por FADESA? ¿Crees de verdad que los bancos se iban a prestar a financiar esa operación? ¿Crees que Martín y sus asesores son tontos . . .) y no dudo de tu excepcional memoria . . . pues ¡ole tus huevos! . . . tú estabas acertado y yo estaba equivocado. Pero permíteme hacer las siguientes consideraciones sobre la responsabilidad de la crisis del sector inmobiliario, aunque sea porque, muy a mi pesar, me toca de lleno.

Te cuento un caso real que nos sucedió en el 2006.

Por aquel entonces la mayor parte de mi trabajo consistía en buscar algún suelo que llevarnos a la boca y el procedimiento siempre es el mismo. Primero detectar la posibilidad de negocio, la mayor parte de las veces mediante la intermediación de un tercero y en pocas ocasiones mediante el ofrecimiento directo de un propietario vendedor. Segundo, yo lo llamo “real como la vida misma” y consiste en comprobar:

  1. que realmente existe el suelo que se ofrece,
  2. que tiene un propietario que realmente quiere vender,
  3. que realmente el suelo está donde dicen que está,
  4. que realmente se puede hacer en ese suelo lo que dice el vendedor
  5. y que realmente el precio es el que te han dicho al inicio del proceso.

Conocida la realidad te pones a estudiar la viabilidad económica y a ofertar un precio, si es menester.
El caso es que una entidad financiera nos llega con un “suelo interesantísimo” en un lugar costero de primer orden, propiedad de un cliente suyo y con las financiación concedida para la promoción de una urbanización de viviendas adosadas. La operación ascendía a doce millones de €, pero la tasación era más elevada.
¡Ojo! con lo de la tasación que como se verá es la madre de todos los males.

No compramos porque no nos salían los números, en un mercado más o menos estable como el del 2006. Imagínate ahora, que sería cuando se estaría terminando la promoción. La presión de la entidad financiera fue de órdago. Un servidor parecía tonto por no meterse en un negocio tan seguro y tan rentable . . . ya que se trataba de vender el m2 a 2000€ mientras la competencia lo hacía a 3000€. Al menos eso decía la tasación y era verdad se vendían algunas viviendas a 3000€ pero las de 40 m2 que estaban situadas en otra zona. Y nosotros teníamos que vender viviendas unifamiliares de 250 m2. No es lo mismo un desembolso, para segunda vivienda, de 120.000€ por un apartamento, que de 500.000€ para una casa con cinco dormitorios.
Si hubiese hecho caso de la tasación y me hubiese dejado presionar por la entidad financiera, hoy, me estaría ahogando al denegarme refinanciar la deuda que tanto quería que contrajese; o peor aún, pretendería que cancelase el préstamo hipotecario, sin vender una vivienda y metiéndome la promoción por donde amargan los pepinos.



¿Qué le pasó a Martinsa? . . . más o menos lo siguiente:
Fernando, eres un monstruo y te vas a quedar con la primera promotora española –susurraba algún alto directivo de Banco o Caja de Ahorros.-
Y como es eso, si no conozco . . . –sin dejarle terminar le pintan el panorama: que si Manolo no quiere seguir, que si le ha afectado lo de su hija, que si se encuentra cansado . . . que si es una oportunidad única . . . –
Pero será mucho dinero ¿de cuanto estamos hablando? –pregunta el Sr. Martín, sabiendo de la inviabilidad de la empresa.-
Por eso, ni te preocupes. Lo del dinero déjanoslo a nosotros. Te financiamos la operación al completo y te pones el primero del sector. Con tu capacidad y tu empuje, que es lo que necesita Fadesa, el negocio es redondo. Contarías con la mayor bolsa de suelo que existe. –Le contestaron los visitadores financieros. –Además las tasaciones dicen . . . –

Salió la maldita tasación, seguro que eran los mismos que habían tasado el suelo que me querían colocar. Pero Martinsa se dejó querer, ¿que problema había en disparar con pólvora del Rey? Lo sucedido ya lo conoces. Crisis de confianza por motivo de las “hipotecas basura”. 600.000 millones de dólares que aparecen entre los activos de algunas empresas y que nadie sabe de cuales. Desconfianza generalizada en el sector financiero. No se prestan pasta los grandes bancos internacionales, entre ellos, y menos a los nuestros. Que a su vez no tienen con qué acudir a las demandas de refinanciación de nuestras promotoras, que no venden porque no se deja un duro a los particulares para comprar viviendas . . . la pescadilla que se muerde la cola.

¿Ha hecho mal negocio Martinsa? Ya lo veremos porque “en esto llegó . . . ZP”. Y con tal de que no le estropeasen la campaña electoral prometió 150 milloncitos de nada. Y como casi siempre prometió pero no cumplió. Y Martinsa Fadesa se cansó. Y hay concurso voluntario de acreedores. Y ha sido aceptada la suspensión de pagos. Y los listos han tenido que provisionar 1.300 millones de € . . . Y hay tres administradores judiciales. Y no se vende nada de Martisna Fadesa aunque algunos estemos interesados. Y me temo que es otra pescadilla que se muerde la cola: sin financiación no se terminan las viviendas, no se paga a los proveedores, no se entregan a sus propietarios, no se cobra, no se pagan los préstamos . . . Y todo por un préstamo de 150 millones de € que el gobierno acabará gastándose en alguna de su mamarrachadas.

Te dejo, mis obligaciones me reclaman, si te parece y te resulta útil para tu genial blog abrimos un debate.
Enhorabuena Manuel ¡aúpa manueconomic!

Fdo.: insulae

lunes, 21 de julio de 2008

Una respuesta pendiente

Tengo un buen amigo, avispado e inteligente como nadie, que dirige un importante cotarro inmobiliario en España. En noviembre del año pasado, creo recordar, mantuvimos una acalorada discusión sobre la situación del mercado inmobiliario en España (me gusta decir España, suena bien: ¡España, España, España!).

Mis tesis eran, evidentemente, que el mercado estaba demasiado inflado, que no se ajustaba a una demanda real (para vivir), que entre las ayudas públicas y los bajos tipos de interés habíamos creado un monstruo que no tenía sentido, que el armagedón se cernía sobre la opulencia inmobiliaria, que no era oro todo lo que relucía, que lo sensato era salirse ahora mismo, etc (¡ay, si alguno me hubiera hecho caso antes! Ahora no se oirían tanto rechinar de dientes).
Mi amigo, acérrimo partidario de proseguir con la inversión en bienes inmuebles a toda costa (sobre todo eso, a la costa), zanjó de pronto el debate con una pregunta que –hube de reconocer- me dejó K.O. y fuera de combate.

- Manuel, ¿crees que si el mercado fuera a derrumbarse como dices, Fernando Martín iba a pagar 4.000 millones por FADESA? ¿Crees de verdad que los bancos se iban a prestar a financiar esa operación? ¿Crees que Martín y sus asesores son tontos de remate, que se arriesgarían a esta operación si tuvieran la más mínima duda de que el mercado todavía va a seguir creciendo?

Me quedé mudo. Efectivamente aquella compra de FADESA se me antojó desde un principio un disparate que rompía todos mis cálculos y destrozaba mis previsiones. Simplemente me rompía los esquemas. Le reconocí a mi amigo que sí, que le concedía que aquello era un síntoma claro de apuesta por el futuro del sector, y que me costaba entender que la banca se arriesgara e involucrara en la operación de una forma tan compulsiva. Supuse que manejarían alguna información oculta que los mortales ignorábamos.

Aquel día no pude contestar querido amigo, hoy, 9 meses más tarde, la realidad lo hace por mi.

Pobre Fernando Martín, si me hubiera hecho caso ahora mismo estaría tan feliz con su familia disfrutando del verano en la bahía menorquina tomando el sol sobre la cubierta del yate.
Y ahora el debate político: ¿Debe el Estado acudir en socorro de Martinsa? El PP vuelve a comportarse con la misma torpeza que antes. Criticar al Gobierno por no haber apoyado al Martinsa es un error. Ahora el PSOE puede presumir de no haber ayudado a un opulento especulador inmobiliario, lo cual mola mucho sobre todo entre su base de votantes, y la verdad es que al euribor actual y creciente, el déficit de estado le permite muy poco margen de maniobra. Y sin embargo “el gobierno aumentará el gasto social, incrementará las pensiones, repartirá fondos estructurales entre todas las autonomías, fomentará medidas de desarrollo e integración para los colectivos de inmigrantes (financiación de contrataciones, subvenciones de vivienda, etc), aumentará la inversión en infraestructuras, aumentará la inversión para la cooperación y el desarrollo en el 3º mundo, bla, bla, bla….”

¿Con qué dinero? El IRPF recauda menos, el IVA recauda menos, la SS recauda menos, el IS recauda menos… Aumentan las prestaciones por desempleo, aumentan los ERE, aumenta el coste de la deuda…

Estoy esperando a que me venga un amigo socialista y me diga:

- Pero Manuel, ¿crees que si la crisis fuera tan grave iba el Gobierno a aumentar el gasto público en lugar de contraerlo como hubiera sido lo más racional y sensato? ¿De verdad crees que Zapatero y sus asesores son tontos de remate?

Y esta vez no me quedaré callado esperando 9 meses a que la realidad conteste por mi.
La respuesta es clara y nítida:
- , lo creo

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